Anem a la Xina a trobar-nos amb la SARA //// Vamos a China a encontrarnos con SARA

domingo, septiembre 17, 2006

Algunas cosas de China










Aprovechamos que Sara duerme desde hace varias horas para explicaros algunas cosas del lugar donde estamos.

Hefei es una ciudad muy grande (si la comparamos con las españolas, claro), ya lo decíamos en otro mensaje anterior. Es la capital de la provincia de Anhui, una de las tantas provincias pobres de China. Como toda gran ciudad, y más si es la capital de una provincia de 63 millones de habitantes, tiene unos contrastes y desequilibrios enormes entre sus barrios. Mucho más en una ciudad china, con toda la emigración que está llegando de las zonas rurales.

Cuando llegamos desde el aeropuerto la guía nos explicó que eso que veíamos, edificios en ruinas, otros absolutamente derruidos, entre medio gente viviendo en callejones estrechos, era que estaban tirando la ciudad antigua para edificar nuevas casas. Pero nos dio la impresión que lo hacen con la gente dentro, porque las ruinas estaban rodeadas de gente ... o tal vez era al revés.

Sin embargo nuestro hotel es una pasada. No sé las estrellas que tiene, porque me parece que aquí no tienen la misma escala de clasificación, pero nos parece de un lujo “asiático”. Para cuidar a la niña nos va perfecto, pero si lo comparas con la gente de la calle te sientes incómodo. Tiene 29 plantas, con un restaurante giratorio en la última, dos o tres restaurantes más repartidos por todo el hotel, piscina cubierta en la planta sexta, sala de juegos... etc. Pero te puedes poner morado en el buffet del restaurante giratorio por la astronómica cifra de 80 yuanes (8 euros). Eso sí, todos los restaurantes huelen igual, a no sé qué especia que le revuelve el estomago a Mavi, dentro del hotel y por las calles de la ciudad.

Hemos ido varias veces a comprar potitos y cosas para la niña. Vamos al centro comercial “Parkson” que es como un Corte Ingles a lo cutre. Los precios de las tiendas son parecidos a lo del buffet. Puedes comprar potitos Heinz por pocos yuanes y en los garitos de la calle botellas de agua fresca por 2 yuanes (20 céntimos de euro). En una tienda de ropa compramos un pijama precioso para Sara por 15 yuanes (un euro y medio) y esta tarde hemos visto unas camisas por 2800 yuanes (¡280 euros!) en unos superalmacenes de lujo al lado del hotel.

Todas las casas, por pobres o miserables que parezcan, tienen aparatos de aire acondicionado en las ventanas. Debe hacer un calor insoportable en pleno verano, menos mal que hemos venido ahora.


La gente de la calle se nos queda mirando. A veces nos resulta molesto, porque no sabemos qué piensan de que vengan unos extranjeros a llevarse a sus niñas. Pero no parecen disgustados, se acercan sonrientes y con cariño, o con descaro a veces, les hace gracia. No pasamos desapercibidos en ningún sitio.


Salir del hotel para ir a comprar algo o visitar algún parque es toda una aventura. Hay poquísimos semáforos, que suelen respetar bastante (con un guardia en cada esquina con un megáfono, sea dicho de paso) pero donde no hay semáforo es “sálvese el que pueda”. Hay cientos de bicicletas, motos, carricoches, motocarros, coches, furgonetas, autobuses, de todo. Cuando atraviesas ¡por un paso de cebra! los vehículos que te ven, en lugar de pararse, te esquivan, y tu vas deseando llegar cuanto antes al otro lado pensando que no lo vas a conseguir. Y sin embargo no hemos visto ningún accidente ni atropello. Ah, lo de los carriles pintados en las calles está de adorno. Y en lugar de utilizar el intermitente, pitan, con lo que el tráfico es una sinfonía continua, día y noche.


¿Os imagináis la Diagonal, la calle Aragón de Barcelona, o el Paseo de la Independencia de Zaragoza sin semáforos y todos los vehículos y peatones circulando a su antojo en todas las direcciones?


Los niños y niñas de la edad de Sara no llevan pañales. Llevan unos pantalones con una raja en el culete para facilitar que cuando tienen ganas, se agachan y ya está, sin problemas. Por eso no nos informaban de si Sara llevaba pañales, no le debían dar importancia. Todas las niñas nos las dieron con pañales, y aunque decían que controlaban durante el día, Sara no lo hace, así que los pañales le van muy bien.


Hay muchos chicos y chicas jóvenes por las calles y los parques. Llevan ropas muy occidentales, tejanos, camisetas... van con móvil por la calle, se ponen pendientes y los pelos de punta. Las chicas son monísimas, delgaditas. Igual son los de esta zona que son así de guapos... Sara será una preciosidad entonces, ¡ya lo es ahora!.


La guía nos ha dicho que en China los hombres se jubilan a los 60 años y las mujeres a los 55, con lo que hay muchos jubilados relativamente jóvenes que llenan los parques por las mañanas para hacer Tai Txi, jugar a las cartas o contarse historias. Claro, que trabajan 6 días a la semana durante muchas horas diarias.


Bueno, Sara parece que nos reclama. Otro día os contamos más cosas.

“La Flor de Lotto” fa algun avenç




Ja no plora tan sovint, sembla que comença a esbossar un petit somriure, fins i tot a vegades s’aguanta les ganes de riure i aixeca la cella. El seu avi i la Isabel ja em varen advertir que aquella cella volia dir alguna cosa en veure les primeres fotografies. És una bruixeta xina, però molt dolça.

Es comunica més amb mi (la mama), ja no em mira tan seriosa, m’ofereix galeta (menja galeta a totes hores), em toca la mà i la boca i li agrada molt que fem exercicis amb les cames endavant i enrera quan la canvio, és aleshores quan se li escapa el riure, ja l’he vist les dents de dalt. Està menys bloquejada, juga amb les joguines, (abans no les volia ni veure) i diu aaa i eee..., intenta repetir el que jo li dic. Quan desapareixo del seu
radar de control també protesta, no me’n puc anar ni al lavabo. Li agraden molt els braços i la galta de la mama.

El seu pare ho té una mica més difícil encara, com que de tant en tant apareix en escena, i a ella li sembla “l’Home del Sac” se’l mira de reull i es posa a bramar desconsoladament.

Li agrada molt esforçar-se en passar els fulls d’un conte dur, encara que se les veu i se les desitja la pobra. I avui... ha fet gargots damunt d’un full gran amb un color vermell molt gruixut.

Li fa mal la boca, li estan sortint 5 peces a la vegada, tot va a la boca i està bastant refredada, però res important.

Però... quan menys ens ho pensem ja hi tornem a ser, descarrega a plorar, és com si estigués fent un dol. Hem descobert que si li canviem l’escenari d’immediat pot deixar-ho de cop. Nosaltres també anem fent avenços.

Ens ho prenem millor, hi posem sentit de l’humor, i a vegades riem molt.

Ahir ens van fer una foto tots tres junts i avui ens han donat un llibre de família... xinès: som una familia xina!

Hi ha moltes coses a explicar, només n’he fet cinc cèntims.

Xina és el país dels contrastos. No deixem de sorpredre’ns cada dia que passa. La població és molt jove, però conserven molt les tradicions antigues, a la vegada que van introduint-se amb força en la tecnologia i els costums occidentals. Ben aviat es menjaran el món sencer. Però ja us ho explicarem més endavant, és prou interessant.

“La Flor de Loto” hace algún progreso

Ya no llora tan a menudo, parece que empieza a esbozar una pequeña sonrisa, incluso a veces se aguanta las ganas de reír y levanta la ceja. Su abuelo Alejandro e Isabel (compañera de trabajo) ya nos advirtieron que aquella ceja quería decir algo al ver las primeras fotografías. Es una brujita china, pero muy dulce.

Se comunica más conmigo (la mamá), ya no me mira tan seria, me ofrece galleta (come galleta a todas horas), me toca la mano y la boca y le gusta mucho que hagamos ejercicios con las piernas adelante y atrás cuando la cambio, es entonces cuando se le escapa la risa, ya le he visto los dientes de arriba. Está menos bloqueada, juega con los juguetes, (antes no los quería ni ver) y dice aaa y eee..., intenta repetir lo que yo le digo. Cuando desaparezco de su radar de control también protesta, no me puedo ir ni al lavabo. Le gustan mucho los brazos y la mejilla de mamá.

Su padre lo tiene un poco difícil aún, pero como que de tanto en tanto él aparece en escena, y a ella le parece el “Hombre del Saco”, se lo mira de reojo y se pone a bramar desconsoladamente.

Le gusta mucho esforzarse al pasar las hojas de un cuento, aunque se las ve y se las desea la pobre. Y hoy... ha hecho rayajos en varias hojas de papel grande con un color rojo muy grueso. Se ha distraído un buen rato sola, sin mamá y sin papá.

Le duele la boca, le están saliendo 5 piezas a la vez, todo va a la boca y está bastante enfriada, pero nada importante.

Pero... cuando menos nos lo pensamos ya estamos otra vez, rompe a llorar, es cómo si estuviera haciendo un duelo. Hemos descubierto que si le cambiamos el escenario de inmediato puede dejarlo de golpe. Nosotros también vamos haciendo adelantos.

Nos lo tomamos mejor, ponemos sentido del humor, y a veces reímos mucho.

Ayer nos hicieron una foto los tres juntos y hoy nos han dado un libro de familia... chino: ¡somos una familia china!

Hay muchas cosas a explicar, sólo he hecho un pequeño resumen de la situación.

China es el país de los contrastes. No dejamos de sorprendernos cada día que pasa. La población es muy joven, pero conservan mucho las tradiciones antiguas, a la vez que van introduciéndose con fuerza en la tecnología y las costumbres occidentales. Muy pronto se comerán el mundo entero. Pero ya os lo explicaremos más adelante, es bastante interesante.